domingo, 1 de febrero de 2015

Pide Iglesia que las festividades de la Candelaria se lleven a cabo en completa paz

Ángel García
Xalapa, Veracruz

Con más de 200 años de historia, las festividades en honor a María Candelaria, en Tlacotalpan, contemplan un completo programa familiar que une los aspectos religiosos con los paganos para honrar a la patrona de aquel pueblo.
De acuerdo con el arzobispo Hipólito Reyes Larios, el nombre real de estas festividades es “La presentación del niño Jesús en el templo”, para recordar el día en que María y José lo llevaron a la iglesia, donde fueron recibidos por los ancianos Simeón y Ana.
Sin embargo, explicó que comúnmente se conoce como La Candelaria porque el día 2 de febrero se encienden muchas velas y se desarrolla todo un ritual que incluye, desde el principio de la misa, el encendido de velas o candiles.
La festividad es universal y en Tlacotalpan se ha vuelto muy famosa por las tradiciones de su pueblo, su fe y las bellezas con las que cuentan.
Pidió a la población en general a disfrutar de estas festividades en medio de un ambiente familiar para gozar de cada una de las actividades en completa paz y alegría.
De acuerdo con la tradición, el comer tamales durante el día de La Candelaria corresponde a un gusto gastronómico, pues a aquellos que les tocó al partir la Rosca de Reyes se convierten en los “padrinos del niño” y como ofrenda se recurre a ese platillo.
La tradición católica establece que la fiesta de La Candelaria es un rito que comienza en la Navidad, con el nacimiento de Jesús. El 2 de febrero es el día cuando se “levanta” al Niño Dios del pesebre para vestirlo y continuar con la ruta católica que pasa por los Carnavales, por la Cuaresma, el Miércoles de Ceniza y, por último, por la Semana Santa. 
La devoción por la Virgen de la Candelaria en Tlacotalpan fue traída por los primeros frailes de la Orden de San Juan de Dios de España y los primeros festejos en su honor datan de desde finales del siglo XIX.
Cada 2 de febrero la es paseada por el río Papaloapan para pedirle una buena pesca y la protección de su pueblo ante los desbordamientos del afluente. Es una costumbre ancestral que se conserva en la actualidad con un mayor arraigo y actividades, incluidos el embalse de toros y la pamplonada.
Las fiestas en honor a La Candelaria también promueven las bellezas naturales de la región, sin hacer a un lado la tradición y la cultura de un pueblo alegre y amable que como cada año se encuentra ansioso de recibir a miles de visitantes nacionales y extranjeros.

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