Tlalnelhuayocan, Veracruz
Durante los últimos diez años el crecimiento urbano de este municipio “se ha dado de afuera hacia dentro”, en lo que se refiere a los límites de su colonia Zamora y la Plan de Ayala, de Xalapa, dijo Ignacio Vázquez González, vecino de este lugar.
Abundó que este crecimiento aparenta ser más un desarrollo de la mancha urbana de la capital que del municipio de Tlalnelhuayocan, al explicar que la construcción de casas “es como un seguimiento de las que vienen de Xalapa”.
Señaló que con la construcción de viviendas se ha perdido mucho espacio que estaba dedicado a la agricultura y ganadería en la colonia Zamora, por lo que ahora sólo quedan algunos manchones agropecuarios.
Con 76 años de edad y sin dejar de trabajar su tierra, el campesino recordó que hace muchos años la colonia Zamora gozaba de verdes prados, rancherías y superficies para la siembra de frijol, maíz y caña.
Sin embargo, dijo que con el paso del tiempo el campo se ha perdido poco a poco, con mayor énfasis en la última década, cuando la construcción de casas fue en aumento, pero desde Xalapa a Tlalnelhuayocan.
Dijo que este crecimiento invertido –cómo él le llamó- ocurre porque la mayoría de la gente que vive en la colonia Zamora, de Tlanelhuayocan, prefiere estar lo más cerca posible de Xalapa, donde diariamente acuden a trabajar o a la escuela.
Agregó que el desarrollo urbano acentuado en los límites con Xalapa ha dejado un vacío entre la capital y este municipio, aunque no descartó que en un par de años más la necesidad de vivienda obligue a la población a continuar con la construcción de casas y unirse totalmente ambas urbanidades.
Reiteró que a causa de este crecimiento urbano la colonia Zamora ha perdido drásticamente su campo agropecuario, al grado de contar con uno que otro sembradío de maíz en pequeños terrenos de traspatio.
Lo mismo pasa con la ganadería, pues aseguró que en comparación de hace años en la actualidad quedan uno o dos ranchos con unas cuantas reses.
Citó que la producción de maíz ya no se da tan abundante como antaño, cuando el grano era suficiente para la autoalimentación y para satisfacer la necesidad del mercado.
Finalmente, el campesino aseguró que continuará dedicándose a la agricultura en la colonia Zamora, a menos de que el desarrollo urbano o la falta de recursos económicos le impidan seguir adelante.
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